jueves, 28 de febrero de 2013

Carta inédita de Allende a Augusto Olivares Becerra (El Perro)



“Lo cuentan las voces de los que se resisten”

Escritos históricos 

Carta inédita de Allende a Augusto Olivares Becerra (El Perro)


Querido “perro”.

Heme aquí, en México, en vísperas de partir a Cuba. Lo visto, aprendido y vivido en este largo y duro viaje superan los treinta años de lucha política. Corea fue una grata sorpresa. Jamás imaginé el desarrollo que ha alcanzado y las metas logradas en los campos económicos, políticos y sociales. Kim Il Sung, se las trae. 

Conversamos una hora y media. Claro, directo y con clara conciencia de la tarea histórica que tiene aún que alcanzar al conseguirse la reunificación de Corea. Pasamos 4 días en Pekín en espera del avión que nos llevó a Viet-Nam. Ya parlaremos de aquello. La tierra del tío Ho, me golpeó fuertemente y el viejo me produjo la más fuerte emoción de mi vida. Su palabra, su sencillez, el trato que nos dio son inolvidables. La ½ hora con Ho Chi Ming me ha significado una gran lección.

De vuelta eludimos Pekín y pasamos cuatro días en Cambodia. Todo en grande. Las ruinas de Angkor y el puterío. También 4 días en Moscú. Viviendo los preparativos del Congreso. La Unión Soviética nunca me produjo una sensación tan clara de su poderío, lo funcional de su estructura y los grandes avances logrados. En diez años Estados. Unidos quedarán muy atrás. Conversamos con el Presidente del Soviet Supremo y con el Presidente del Soviet Provincial de Moscú. Ya comentaremos. Mañana Fidel. En resumen en un mes y días lo más importante del campo socialista. 

Qué lejos veo los problemas nuestros. Qué pequeño aparece a la distancia lo que hemos hecho y qué torpe emerge el personalismo en que se ha caído. Confío tener la voluntad necesaria para seguir luchando, más allá de toda ambición personal, por la gran causa del pueblo Latinoamericano.

En Chile hay que unir la izquierda, cueste lo que costare. Tú podrías ayudar y mucho. Necesitamos aglutinar los viejos y los nuevos combatientes. Creo que como nunca la levadura social está sacudiendo nuestras patrias. No podemos seguir en lo insustancial y bizantino; es demasiado grande la responsabilidad que tenemos. Tú y los compañeros de Punto Final serán decisivos en la… (ilegible) próxima. 

Tienen que prepararse, más allá de todo sectarismo y de toda claudicación. Perro, hasta pronto, en 12 días llegaré. Para Mireya mi recuerdo cariñoso; para el clan perruno, hombres y mujeres, mi afecto.  

Un abrazo, Salvador.
07 junio de 1.969

Por una conciencia Socialista, dejémonos de guardar silencio”




martes, 26 de febrero de 2013

“HUBO UN TIEMPO QUE LLOVIÓ VARIOS DÍAS Y VARIAS NOCHES SIN PARAR”




“Lo cuentan las voces de los que se resisten”

Identidad y Tradición

LEYENDAS ANCESTRALES VENEZOLANAS

Los Yukpa

            El pueblo Yukpa está situado en el Occidente del país, en la Serranía de Perijá o Serrania de los Motilones; su descendencia étnica es Caribe y pueden ser ubicados en los alrededores del río Santa Rosa en el sur del Estado Zulia, hasta el alto río Guasare; ríos Palmar y Lajas en el norte del mismo Estado. El contacto de éste pueblo con la sociedad ha producido cambios en su cultura, sin embargo han logrado conservar su lengua materna, su organización social y sus creencias religiosas. Tienen una visión cosmogónica de la naturaleza y de la vida, dándole un valor protector y poderoso a los espíritus representados en los animales; es por ello que consumen brebajes de hierbas, usan las pieles y algunas partes de sus cuerpos, como colmillos patas etc., otorgan ofrendas y realizan cultos con los que alteran la conciencia para sincronizarse con los espíritus, en la búsqueda de sabiduría y protección de los mismos; sus mitos y creencias son prueba fehaciente de ello.

           
“HUBO UN TIEMPO QUE LLOVIÓ VARIOS  DÍAS
Y
VARIAS NOCHES SIN PARAR”
(Tradición oral del pueblo Yukpa)


            Cuentan los más viejitos que hace mucho pero muchísimo tiempo se produjo una gran lluvia que duró varios días y varias noches y todo se inundó. Eso sucedió en el tiempo cuando las personas tenían aún forma de animales.

            Durante aquél diluvio solo se salvaron algunas parejas de estos primeros seres porque se subieron en lo más alto de una gran montaña que el agua no logró cubrir.

            Después de varios días de copiosa lluvia un pájaro carpintero le dijo al resto de los que permanecían en lo alto de esa montaña:

- Yo podría volar para ver lo grande de esta inundación.

Al decir esto levantó vuelo y pudo descubrir lo extenso de la inundación, al regresar contó lo que había visto en su recorrido:

- El agua lo cubre todo, pero hay otra cosa, la inundación está rodeada por un gran muro de barro.

Faltaba ahora saber la profundidad que tenía; entonces el caimán le dijo a todos:

- Me zambulliré para conocer la profundidad del agua.

Así lo hizo y después de un largo rato no se supo nada sobre el caimán. Entonces se lanzó un jabalí, luego la danta y más adelante se fueron lanzando los otros animales, todos se ahogaron porque era muy profundo.

Pasado el tiempo, el cangrejo caminaba de un lado a otro, miraba el agua y pensaba rascándose con sus inmensas tenazas al tiempo que decía:

- No podemos estar tanto tiempo así tirados en el suelo de esta montaña, tenemos que hacer algo, como yo sé nadar voy a lanzarme al agua para ver que se puede hacer.

Pasó el primer día y el cangrejo no salió, el segundo día tampoco dio señales de vida, así estuvo hasta que al cuarto día subió a la superficie del agua, pero no venía sólo... el caimán que todo este tiempo estuvo debajo emergió con el cangrejo.

El caimán se dirigió a todos los presentes que estaban desanimados con tanta agua rodeando al mundo:

- Ahora yo soy un curandero, soy un tuano y puedo zambullirme en lo más profundo y no corro peligro de ahogarme.

Se dirigió a la tortuga y al armadillo diciéndoles:

- Vamos a nadar hasta el muro de arena, yo me zambulliré con la tortuga para cavar ese muro desde abajo, mientras tú armadillo irás derrumbándolo desde arriba.

- Así lo haremos, le respondieron la tortuga y el armadillo al caimán.

Después de un rato de estar trabajando, la pared se rompió y toda el agua pasó a través de ella.

Una cantidad enorme de barro quedó en las espaldas del caimán, de la tortuga y del armadillo y al salir el sol lo secó y quedaron para siempre en sus espaldas. Es por eso que a los tres animales que vivieron ese diluvio y aún viven, les podemos ver un duro armazón que los protege porque les quedó desde el día que derrumbaron el muro de barro.

Así cuentan los ancianos yukpa de la Sierra de Perijá.


Versión de varios cuentos y mitos
 recopilados por Alexander Hernandez


    “Por una conciencia Socialista, dejémonos de guardar silencio”