Lamento Laurear
Esta angustia me abruma
Ya no puedo desandar
Que sosiego inquietante
Que desdicha…
Que desdicha.
Si tan solo la alcanzara
Si supiera en donde está
Si mis ojos la miraran…
…Espléndida y
agradable, cual dulce Orixá; inalcanzable azul que me agotas al seguirte…
¡Vetusto Pegaso!... Apenas te elevas… Simplemente me acerco cuando la hermosa
Cibeles confabula con Artemisa, y me obligan a caer en brazos de Morfeo,
entonces te veo, y sigiloso avanzo, para atraparte en mis redes pero tú, astuta
y sagaz, volteas a mirarme por encima del hombro y sonríes, haciendo mi empeño
utópico… Luego, el Alba besa mi rostro que tembloroso y sudoroso recibe la
nueva buena de un bello día, que se apresta a seguirme en mi angustiado
trajinar…
…Alegres paisajes son
espejismos de verdades, cascada exuberante que me induce a pensarte, grande,
fuerte, imponente, misteriosa, hermosa y terrorífica, quien te tiene, te ama y
te teme; eres, centro y polo, alfa y omega, sin ti, se alcanzan los abismos,
pero contigo, el día es interminable… No podría mortal alguno no buscarte… Y
solo te encuentran los que trascienden el umbral… Sosegado, imploro al cielo
para que sacie mi sed, para bañarme en tus aguas, para sumergirme en el pozo de
la dicha… Y, al tenerte entre mis brazos y poderte mirar, disfrutar todo ese
instante sin codicias ni desventuras.
Que tormento me
sublima
Imposible no pensar
Largas noches
sudorosas
Quimeras sin
despertar
Canto melancólico
Que agota mi
subsistir
Que desdicha…
Que desdicha.
Rómulo Pérez
12/05/2015