“Lo cuentan las voces de los que se resisten”
DE TODO UN POCO
¡DIOS MIO QUIEN SOY!
Lo que les voy a contar no es para que se rían de mí; aunque estas cosas de locos mueven a risa, sin embargo soy un hombre serio, cincuentón, con tres hijos mayores de edad todos, tengo muchos caminos recorridos, especialmente en terrenos pasionales. Hace un año aproximadamente culminé el contrato matrimonial que tenía con mi ex-mujer, para casarme nuevamente con Milenka (que en ruso significa “mi pequeña”) una joven dama rusa de 25 años de edad, que acababa de llegar al país, ella es una mujer muy bella y hermosa y el amor es loco, porque no nos importó la edad, yo más que la duplico a ella, aun así nos flechó Cupido.
Como no todo es perfecto, este idilio pasional rápidamente se convirtió en un calvario familiar, resulta que mi hijo mayor al cumplir los treinta (30) años de edad me pidió como regalo de cumpleaños que le obsequiara un viaje de tres (3) meses al extranjero, yo embelesado por la relación amorosa que estaba viviendo, le propuse que viajara a Rusia específicamente a la ciudad de Kazán, allí vería y conocería a nuestro coterráneo Salomón Rondón en el fabuloso equipo el “FC Rubin Kazan”, y además pernotaría en la casa de la señora Dasha (que en ruso significa “regalo de Dios”), mi suegra, una señora cuarentona y que según mi esposa es una mujer muy linda y amable.
El viaje se hizo según lo propuesto, mi hijo conoció a “salo”, excelente deportista y mejor persona, y quedó cautivado con la señora Dasha mi suegra, por lo que no quiso regresar según lo acordado, quedándose nueve (9) meses más en Rusia. Durante éste largo tiempo (un año) aprendió a hablar y a escribir bien el idioma ruso, a esa decisión de quedarse allá no le presté mayor atención, ya que los jóvenes son así, y prefieren lo no planificado a lo planificado; lo cierto es que siempre me escribía comentándome lo bien que la estaba pasando, y todas sus cartas las finalizaba con una nota rusa “Я люблю тебя папа” (te quiero papá), excepto la ultima, a la cual tampoco le presté mayor atención, la misma se refería a su intención de regresarse para Venezuela, y la finalización de esa carta en ruso decía “Я вышла замуж, потому что беременная Даша” (Me he casado con Dasha porque la embarace).
Fui a recibir solo a mi hijo al aeropuerto internacional “Los Tacarigua” de Maracay, porque Milenka estaba embarazada y ese día se sentía indispuesta, al verlo llegar no entendía lo que le pasaba, brincaba loco de emoción, me abrazaba, me besaba, me estrechaba la mano, me felicitaba; eran muchas emociones encontradas en un mismo momento, lo tranquilicé, le pedí una explicación del porque tanta euforia, entonces me comentó que durante su estadía en Rusia, anhelaba, que su primogénito fuera varón para llamarlo “Dmitry” (que significa “amante de la tierra”), y que además naciera en tierras venezolanas; y en efecto así fue, nació varón, pero nunca pensó que el niño pudiera nacer en el cielo venezolano y tan cerca de Dios.
Tal comentario me impresionó; en honor a la verdad yo tampoco lo había pensado, que gracia tan divina traía envuelto a aquel niño. Su emoción excitó a la mía, los dos bricamos, nos abrazamos, nos besamos, nos estrechamos las manos, nos felicitamos, en fin nos volvimos locos; pero tal locura se acrecentó cuando fuimos a presentar al niño en la notaría pública de Turmero, la que está dentro del Centro Comercial Coche Aragua; el notario, Dr. E.B. me preguntó que quien era yo y que hacia allí, le respondí con firmeza, - estoy acompañando a mi hijo y soy el abuelo de Dmitry-; Dasha confundida le dice a mi hijo, - el no puede ser el abuelo de nuestro hijo porque él es el esposo de Milenka, es decir, él es, el cuñado de Dmitry -.
Ese comentario nos estremeció a todos, nos veíamos las caras, caímos en la inopia, el notario rasgó el silencio y preguntó a mi hijo, - ¿usted conoce a la hermana de su hijo? - Y éste en tono taciturno respondió – sí, es, mi madrasta -; yo, aun estaba en shock, no comprendía lo que pasaba, pretendí hacer algunas preguntas cuando de repente “mi pequeña” me llama que está dando a luz en la clínica.
Salí despavorido de la notaría; aun no comprendía lo que sucedía, ¿Cómo es posible que un “regalo de Dios” ocasione tanto enredo? Muchas dudas asaltaban mi cerebro; el trayecto al Policlínico de Turmero se hizo corto, rápidamente subí a la habitación, allí estaba ella, “mi pequeña”, siempre hermosa, siempre delicada; por un momento olvidé todo, solo quería estar con ella. El éxtasis fue interrumpido por la enfermera quien traía en una cuna clínica a una hermosa bebita, tan linda o más linda que “mi pequeña”, ella decidió llamarla Mila (que significa amor del pueblo) y en efecto me sentía así, amado por todos, transcurrieron días mágicos a tal punto que había olvidado lo que sucedía con mi hijo… toda esa magia se fue cuando Milenka me pide que registremos a la niña en la notaría pública.
No sabía qué hacer, no hallaba que decirle, con la llegada de Mila al mundo se me había olvidado comentarle que también ese día había llegado su mamá al país, y que además también dio a luz a un niño que no solo es su hermano, sino que también es un enredo; no sabía cómo explicarle, no hallaba cómo decirle que tengo miedo de ir a la notaría, que no quiero verle la cara al notario el Dr. E.B. ya que no puedo decirle quién es Dmitry, ¿será mi nieto o será mi cuñado?, por lo tanto si es mi cuñado es el tío de mi hijo quien es su papá, y tío de su tía que es mi hija; mi hija es hermanastra de su mamá y cuñada de su abuela, mi esposa es madrasta de su padrastro y abuela de su sobrino, mi hijo es padrastro de su madrasta y es mi suegro, también es abuelo de su hermana y tío de su hijo, mi suegra es mi nuera quien a su vez es abuela de mi hija que es su cuñada; y yo soy el suegro de mi suegra, el padre de mi suegro, el cuñado de mi nieto, el marido de la hermanastra de mi hijo y el padre de mi bisnieta.
¡DIOS MIO QUIEN SOY!
Rómulo Pérez
17/01/2013
“Por una conciencia Socialista, dejémonos de guardar silencio”
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