“Lo cuentan las voces de los que se resisten”
ESCRITOS HISTÓRICOS
LA MASACRE DE YUMARE
27 años de la masacre de Yumare,
ejecutada por
el gobierno adeco de Lusinchi
Hace 27 años ocurrió uno de los sucesos más
terribles de nuestra historia contemporánea, la masacre de Yumare. Operación
militar, realizada contra civiles, que tuvo lugar en el sector Barlovento,
caserío La Vaca del actual municipio Manuel Monge, en el estado Yaracuy.
A tan solo cuatro años de haberse cometido la
Masacre de Cantaura en el Estado Anzoátegui, el gobierno adeco de Jaime
Lusinchi, representado por el ministro de Relaciones Interiores, Octavio
Lepage, y el jefe de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención
(DISIP, policía política durante la IV República), Henry López Sisco, volvió a
ejecutar una operación dirigida a erradicar grupos de izquierda.
El 8 de mayo de 1986 nueve dirigentes
sociales fueron capturados y posteriormente asesinados por un comando de la
DISIP, a las órdenes del entonces comisario López Sisco.
Tras realizar la ejecución, los efectivos de
la DISIP manifestaron que estas nueve personas “formaban parte de la
guerrilla”. Sin embargo, los estudios criminalísticos y las evidencias ayudaron
a demostrar lo contrario, y dejaron ver que lo de Yumare fue un
ajusticiamiento, una masacre contra dirigentes sociales. Las incongruencias en
las declaraciones de los ejecutores de aquella masacre permitieron detectar las
mentiras y la confabulación para realizar la matanza.
Como justificación, los funcionarios alegaron
un supuesto enfrentamiento armado, el cual se habría producido cuando se
desplazaban por un lugar boscoso y fueron objeto de una emboscada por parte de
los ciudadanos fallecidos. En el estudio criminalístico, no obstante, las
evidencias revelaron que la zona donde todos los ciudadanos murieron estaba
poblada de “vegetación baja, tipo pasto, grama y/o maleza, todos de muy corta
altura, característicos de terrenos despejados, de gran iluminación”.
Además, de acuerdo con las experticias
practicadas en los morrales que portaban quienes murieron en la acción, estos
objetos “no presentaban perforaciones ni daños por proyectiles ni esquirlas”, a
pesar de que varias de las víctimas habían presentado orificios en la región
dorsal.
Tras los falsos testimonios dados por los
responsables de la masacre, muchos testigos de ese lamentable incidente
declararon que las nueves personas asesinadas por el comando de la DISIP habían
sido primero detenidas, luego torturadas y, por último, ejecutadas.
Posteriormente, los propios funcionarios les colocaron ropa militar encima de
su ropa civil, con el propósito de presentarlos como guerrilleros.
Las declaraciones de los testigos revelan que
las nueve personas ejecutadas extrajudicialmente eran, además de luchadores
sociales, promotores del ideal bolivariano. Los fallecidos fueron: Rafael Ramón
Quevedo Infante, Ronald José Morao Salgado, Nelson Martín Castellano Díaz,
Dilia Antonia Rojas, Luis Rafael Guzmán Green, José Rosendo Silva Medina, Pedro
Pablo Jiménez García, Simón José Romero Madriz, y Alfredo Caicedo Castillo.
No sería sino hasta 2011, 25 años después de
la masacre, cuando se logró desmontar la versión sostenida por los funcionarios
del gobierno de Jaime Luisinchi, cuando fiscales del estado Yacacuy lograron
condenar a 13 años de prisión al general retirado del Ejército, Alexis Sánchez
Paz, quien admitió su responsabilidad en los hechos de Yumare. Para el momento
de los hechos, Sánchez Paz era coronel y director de la Escuela del Comando de
Operaciones del Ejército.
También fueron acusados los exfuncionarios de
la extinta DISIP, Oswaldo Ramos, Eugenio Creassola, Freddy Grangger, William
Prado, Raúl Fernández, Adán Quero y Hernán Vega. En junio de 2009, el
Ministerio Público también acusó al comisario jubilado de la DISIP Henry Rafael
López Sisco, al tiempo que se pidió iniciar el proceso de su extradición desde
Costa Rica.
A López Sisco se le imputan delitos de
concurso real de homicidio calificado con alevosía por motivos innobles en
grado de complicidad correspectiva en perjuicio de las nueve víctimas; y es
también señalado por su participación en las masacres de El Amparo, Cantaura y
El Caracazo; además de participar en el asedio a la embajada de Cuba en
Venezuela, durante el golpe de Estado de abril de 2002.
La Masacre de Yumare, es tan sola uno de las
decenas de masacres y delitos que la “democracia” adecocopeyana cometió contra
nuestro pueblo por más de 40 años, crímenes de Estado impunes de una clase
política anacrónica cuyos “renovados” representantes de hoy se mantienen en
abierta conspiración contra nuestra revolución y sus líderes. Revolución que
les ha revocado sus privilegios de élite y que junto a nuestro pueblo
organizado son garantías de que estos hechos más nunca volverán a cometerse en
suelos de la Patria.
Fuentes: Varias
8. may.2013
Por una conciencia Socialista, dejémonos de guardar
silencio”
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