lunes, 2 de septiembre de 2013

El salvaje y el Yaruro



“Lo cuentan las voces de los que se resisten”

Identidad y Tradición
El salvaje y el Yaruro

Por: Arbilio García (Hachava)

Éste cuento es uno de los muchos que conocemos sobre el  enfrentamiento de Yaruros con una extraña criatura llamada “El Hy”.

Los Yaruros pensamos que estos cuentos son historias verdaderas. Son narraciones muy ricas literariamente y merecen ser publicadas como textos de lectura. 

Éste texto en particular puede ser dirigido a niños que cursan el 5to grado de educación básica en adelante. Esperamos que esta edición sea del agrado y aceptación del pueblo Yaruro, sobre todo de los educadores, como un aporte al fortalecimiento de nuestros valores culturales.

Una vez salieron dos Yaruros a cazar para la montaña en la época de invierno, se fueron cada uno en su balsa de Maguey. Después de andar todo el día uno de ellos dijo:

 -“Vámonos ya yo fleché, con esto comemos todos”.

 El otro le respondió:

-“No amigo, yo no vine para llevar lo que tu flechaste, sino lo que yo agarre con mi flecha”.

El compañero se fue y él se quedo en la montaña, pasó el resto del día sin agarrar nada. Como a las cuatro de la tarde se encaramó en un palo cruzado, para flechar en un chorro, al poco tiempo miró un pez que venía subiendo por el chorro y llegó hasta donde él estaba. El animal que venía subiendo por el chorro no era un pez, sino un salvaje que comenzó a abrazar la sombra del hombre en el agua. El cazador inocentemente escupió en el agua para verlo mejor y el salvaje sacó la cabeza descubriéndolo encima del palo, y le dijo:

-“Bájate de allí”.

El Yaruro se quedó viendo y el salvaje le volvió a decir:

-“Aah! no se va a bajar”.

Y se montó en el palo para atraparlo.  

Según cuenta la historia, el Salvaje atrapó al Yaruro con la misma cuerda de su arco y después le metió esa cuerda por la nariz. También dicen los ancianos que lo embarcó en la balsa de maguey para llevarlo a su cueva. 

El hombre después de que  pasó el golpe que le dio el salvaje, se dio cuenta que se lo estaba llevando para comérselo; mientras pensaba esto, respiraba poquito para que el salvaje no se diera cuenta que estaba vivo. Como el Yaruro era muy inteligente, volteó la balsa de maguey para escapar nadando por debajo del agua. El salvaje (El Yaruro lo llama “El Hy”) pensaba que el Yaruro estaba muerto y lo buscaba en el sitio donde se habían volteado, peloteando la sangre que iba por el agua.

Mientras “El Hy” lo buscaba dentro del agua el hombre iba corriendo por la montaña, cuando “El Hy” se dio cuenta lo fue persiguiendo por la huella y por la sangre que botaba.

 El Yaruro llegó corriendo a un mata de manaca (En Pumé se llama Herotó) y la palma le dijo:

-“Súbase en mí, lo voy a tirar para el otro lado del río, móntese rápido porqué allá viene el bicho”.

El hombre se montó rápidamente y la palma le volvió a decir:

-“Agárrese duro porque me voy a doblar para tirarlo con mayor fuerza”.

“El Hy”, venía cerca cuando la palma se iba doblando, para tirar al Yaruro y dejarlo caer del otro lado del río, al llegar a la manaca dijo:

-“Aquí huele a mi comida”.

Y volvía  a repetir

-“Aquí huele a mi comida, ¿dónde estará?”.

Pero como no lo vio en el árbol no supo a donde se fue la carne de la cacería.

El Yaruro después que la palma lo tiró al otro lado del río, se fue para su casa y echó el cuento de “El Hy”; de cómo se lo quiso comer en la montaña y cómo lo había salvado una palma.


Universidad Indígena de Venezuela - Caño Tauca
Colección Mitos y Cuentos Causamerindia Kiwxi, Serie Yaruro N°1
Publicado por Danny Franco

“Por una conciencia Socialista, dejémonos de guardar silencio”

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