“Lo
cuentan las voces de los que se resisten”
Identidad y Tradición
La joven que se llevaron
los peces
(Leyenda JIvi y Piapoco)
Esta leyenda es común aunque con ligeras
variantes al menos entre dos culturas indígenas que habitan en el Municipio Átures.
En una de las
versiones, recogida en la comunidad Payaraima, ubicada en la carretera
nacional, eje carretero norte, integrada por miembros de la cultura indígena
Jivi se dice que cuando a las muchachas les llega su primera menstruación deben
seguir un ritual y una serie de indicaciones para que no les pase lo que cuenta
esta leyenda.
Según la
tradición Jivi, hace mucho tiempo a una joven a la que le había venido por
primera vez su menstruación y que permanecía acostada en un chinchorro colocado
muy alto en la casa como lo indica el ritual, desobedeció la costumbre y
mientras su madre salía al conuco dejándola al cuidado de sus hermanos menores,
se escapó hasta el río para mirarse en el agua.
La muchacha
estaba fastidiada de permanecer acostada y no quería obedecer la indicación de
quedarse en casa. Mientras se miraba en el agua, se divertía escupiendo sobre
la superficie porque esto hacía venir a los peces hasta la orilla donde ellos
comían su saliva.
Cada vez que
salía de la casa les pedía a sus hermanitos que no le dijeran a su mamá de lo
que ella estaba haciendo, y lo hacía cada vez que los adultos se iban al conuco
o se alejaban de la comunidad.
Un día los
familiares antes de salir al conuco, dejaron asando en el fogón un pescado
conocido como pavón y se fueron confiados dejando nuevamente a la joven con sus
hermanitos.
Cuando la
muchacha y sus hermanitos estaban solos en la comunidad, vieron acercarse un
grupo de siluetas que caminaban como personas, eran peces que la joven había
provocado con sus visitas al río. Estos peces eran la manifestación de la
presencia de los encantos o Arnavi como se les conoce en idioma Jivi.
Los peces
venían por ella. En el grupo había peces de muchas clases, hasta la tonina que
es pez de río semejante al delfín. Traían dos tinajas de agua. El pavón que
estaba en el fogón volvió a la vida con la presencia de los peces.
El hermanito
mayor de la muchacha salió corriendo para el conuco a dar aviso a sus
familiares pidiendo auxilio, al darse cuenta de esto los peces se asustaron y
se convirtieron en hombres. La muchacha trepó hasta su chinchorro que se
encontraba a cuatro metros del piso, mientras los peces convertidos en hombres
saltaban hacia el chinchorro donde estaba la joven pero no alcanzaban a llegar
hasta donde ella se encontraba.
Todos lo
intentaron hasta que el saltón, pez que comúnmente es llamado payarita, logró
llegar hasta el chinchorro donde estaba la joven y la obligó a tener relaciones
con él abusando de ella. La joven quedó llena de baba de pescado y el saltón la
arrojó del chinchorro para que abusaran de ella los demás peces convertidos en
hombres.
Cuando
llegaron los familiares ya era demasiado tarde, las dos tinajas de agua que
habían traído los peces fueron tumbadas al piso formando una pequeña laguna a
la que se lanzaron todos los Arnavi o peces convertidos en hombres. La muchacha
era llevada por la tonina que la lanzó al agua.
La familia de
la joven quedó flotando en la laguna mientras los hombres, convertidos otra vez
en peces, abrían un surco de agua escapando con la joven por un pequeño río que
llegó hasta el río mayor conocido por todos como el río Orinoco.
Por eso cuando
a una muchacha le llega su primera menstruación, mientras dure ésta no debe
hablar con nadie ni para pedir alimentos, la madre o la abuela son las únicas
encargadas de llevarle agua y alimentos. No debe comer pescado ni casabe hasta
el día en que le hacen el ritual para purificarla y alejarla del deseo de los
Arnavi y de los malos espíritus para que los encantos no se las lleven.
En la cultura
indígena Piapoco denominada también con el nombre de Tsatse se repite esta
leyenda, pero con algunas variantes.
En la
comunidad Piapoco llamada Agua Blanca, ubicada en la carretera nacional en el
eje carretero sur, existe la leyenda de Wakacholowa o la mujer encantada.
Se dice que
ocurrió realmente en una comunidad Piapoco, llamada Raya, ubicada en Vichada,
Colombia. Se dice que en esa comunidad vivía una muchacha de muy buena
presencia y de larga cabellera, como todas las mujeres Piapoco, llamada
Kawichiluwa que no se había desarrollado y estaba en espera de la primera
menstruación. Esta joven había sido orientada por su padre y sobre todo por su
madre respecto a lo que podía y lo que no debía hacer.
Kawichiluwa se
iba todos los días al río a contemplar la belleza de los diferentes peces que
ahí se encontraban. Cuando ella llegaba al río, se sentaba en la orilla y
escupía al agua para que los peces pequeños se acercaran a comer su saliva,
cuando estos llegaban, ella se alegraba y les decía:
-"Cuando yo me desarrolle quiero que ustedes me
vengan a buscar para irme a vivir con ustedes porque ustedes son muy bonitos y
yo los quiero mucho".
Pasado el
tiempo Kawichiluwa se desarrolló y sus padres cumpliendo con la costumbre, la
acostaron en un chinchorro que colgaron muy alto por quince días y la dejaron
ahí sin que ella pudiera hablar con nadie y sólo podía beber un poquito de agua
y yucuta. Su mamá y su abuela eran las que cuidaban de ella y al mismo tiempo
la aconsejaban y la orientaban de lo bueno y lo malo que tenía que conocer y
cómo debía comportarse, entre otras recomendaciones.
Durante varios
días sus padres se encargaban de los preparativos para el día de la ceremonia
en la que su hija ya sería aceptada como una mujer desarrollada dentro de la
comunidad. Llamaron a su familia para que los ayudara a buscar yuca, su madre
les pidió a los hermanos pequeños de Kawichilawa que cuidaran de ella, que no
la dejaron hablar con nadie y se fueron al conuco. De pronto se formó un mal
tiempo, empezó a llover con muchos truenos y un viento tan fuerte que movía a
los árboles de un lado a otro.
Esto preocupó
a uno de los hermanos de Kawichiluwa porque era la primera vez que veía llover
tan fuerte. Se asustó mucho porque aquella lluvia no era normal y salió fuera
de la casa y vio que a lo lejos venían muchas personas que se acercaban a la
comunidad cantando y danzando. Él se asombró y se dio cuenta de que algo pasaba
con su hermanita; mandó a otro hermano para que fuera a buscar a toda su
familia al conuco. Éste salió corriendo en busca de ellos y aquella multitud de
personas se acercaba más y más a la casa de Kewichiluwa. Cada vez llegaban más
personas; aquella multitud eran los peces que venían transformados en personas.
Adelante de todos estaban la tonina y entre ellos el abuelo raya que tenía una
tapara llena de agua. Había ahí toda clase de peces convertidos en hombres.
Cuando
llegaron a la casa preguntaron al hermanito de la joven:
-“¿Dónde está nuestra mujer que venimos a buscarla?”.
El niño no
respondió pero el pescado asado que tenían para la ceremonia les respondió:
-“Ella está aquí, pero no sé donde porque tengo los
ojos asados”.
Buscaron por
todas las casas y la encontraron acostada allá arriba. La sapoara, convertido
en hombre, ordenó a los peces que la bajaran. Cada uno trató de llegar hasta
donde estaba Kawichiluwa pero sólo el saltón logró alcanzar el chinchorro y fue
quien primero disfrutó del cuerpo de Kawichiluwa. Se dice que por esta hazaña
es que se le da el nombre de saltón a este pez. Los demás peces convertidos en
hombres pudieron llegar después hasta donde estaba ella y cada uno disfrutó de
su cuerpo.
Cuando los
padres y la familia de Kawichiluwa llegaron al poblado, uno de ellos tensó su
arco atravesando a uno de aquellos encantos, que también reciben el nombre de
maguari y cayó al suelo donde se convirtió en un pez conocido como raya. Se
dice que aquel pueblo de Vichada donde ocurrió esta historia, hay una marca en
una piedra que tiene la forma de una raya y que fue en ese sitio donde ocurrió
lo que se describe.
Al caer el
abuelo raya, la tapara que traía con agua se rompió y el líquido formó una
laguna. Al ver esto Kawichiluwa, llena de baba de pescado entre las piernas, en
los senos y gran parte del cuerpo, detuvo el enfrentamiento y le dijo a sus
padres que la dejaran ir con aquellos encantos, que ella les había pedido ir
con ellos cuando se desarrollara.
El padre de
Kawichiluwa le recordó que él y su familia siempre le habían aconsejado lo que
debía y lo que no debía hacer. Le dijo también que por desobedecer las
costumbres ella ahora viviría en el fondo del río y que nunca más se volverían
a ver. Ella no moriría jamás pero tampoco volvería a estar entre los suyos.
La dejaron ir
con mucha tristeza para que se convirtiera en la reina de todos los peces. Su
padre y su madre la llamaron Wakacholowa, que significa en idioma Piapoco
“mujer encantada” y desde entonces todos la conocen por este nombre.
Por: GuiaViajesVirtual.com
“Por una conciencia Socialista,
dejémonos de guardar silencio”
Buenas noches:
ResponderEliminarGracias por su comentario en el blog de historia. Acabo de verlo. No tengo problemas en publicar su escrito en el blog, pero le agradecería me lo enviase a mi e-mail: docmanuel2000@hotmail.com.
Saludos
Buenas tardes:
ResponderEliminarHe recibido su correo. Muy amable por enviarlo. Publico cada 15 días por falta de tiempo. Mañana se publicará una historia sobre indios venezolanos. Luego vendrá una historia de Inglaterra. Su escrito iría en el siguiente (31 de octubre), pero le avisaré con tiempo.
Saludos y gracias por pensar que mi blog sería interesante para difundir su escrito.