“Lo cuentan las voces de los que se resisten”
ESCRITOS HISTÓRICOS
La historia del petróleo venezolano
Guillermo
José Salas, Ingeniero de Petróleo, Profesor de la Universidad del Zulia y
trabajador por años en los hidrocarburos venezolanos, afirma en su libro
“Petróleo” que:
“Por razones ininteligibles, Venezuela se ha acostumbrado de manera progresiva, a un acontecer paradójico. Siendo un país que vive esencialmente de la renta petrolera, existe no ya un marcado desinterés por la industria del petróleo, sino una actitud desdeñosa hacia él”.
“Por razones ininteligibles, Venezuela se ha acostumbrado de manera progresiva, a un acontecer paradójico. Siendo un país que vive esencialmente de la renta petrolera, existe no ya un marcado desinterés por la industria del petróleo, sino una actitud desdeñosa hacia él”.
Fue
tan cierta esta apreciación del Profesor Salas, que, salvo quienes por razones
profesionales o domiciliarias tuvimos alguna cercanía con el petróleo, los
venezolanos en general tuvieron poca o ninguna educación sobre ese mineral que
ha sido nuestra principal fuente de ingresos desde hace casi un siglo.
Y
esa falta de enseñanza se refleja, muy especialmente, en la historia del
petróleo venezolano. Hoy es algo distinto, aunque aún falta mucho, por la
divulgación continua a través de los medios de información del Estado
venezolano. Pero si preguntábamos hace apenas 15 años, a cualquier venezolano
mayor de edad, sobre la nacionalización petrolera y la fecha del primer suceso
venezolano en tal materia, nos respondían casi siempre que en los años 70 se
había nacionalizado el petróleo y al primer suceso usualmente lo ubicaban en el
siglo XX. Quienes habían leído algo, quizás se remontaban a 1875. La verdad es
muy diferente. Ambas cosas sucedieron muchísimo antes de tales fechas.
En
1498 Cristóbal Colón, en su “tercer viaje”, llega a nuestro territorio. Al
acercarse a la desembocadura del Orinoco, consigue el bitumen de Persia,
flotando en las aguas, y las utiliza para calafatear sus naves.
Desde
entonces y por casi tres siglos, los piratas del Caribe utilizarán el mismo
procedimiento para sus barcos.
En
1535 Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, historiador español, en su obra
“Historia General y Natural de las Indias”, incluye al bitumen encontrado en
estas tierras. Es el primer texto donde se menciona a los hidrocarburos
venezolanos.
En
1539 Isabel de Portugal, Reina de España, confía en nuestro bitumen para sanar
una rara enfermedad de su piel, y ordena que cualquier nave que provenga de
estas tierras le lleve tal curativa. El precioso mineral es introducido ante Su
Majestad por Francisco Castellano.
El
primer antecedente de la propiedad estatal de los hidrocarburos de Venezuela se
produce el 27 de Abril de 1784. Por Real Cédula, entran en vigencia las
“Ordenanzas de Minería de Nueva España”, dadas el 22 de Mayo de 1783, en
Aranjuez, por Su Majestad el Rey Carlos III de España. Los incluye bajo la
denominación: “bitúmenes o jugos de la tierra”. Desde entonces, siendo aún
colonia española, podemos sin duda afirmar que el petróleo es nuestro.
En
1805 el sabio alemán Alexander Von Humboldt observa el petróleo fluyendo en
forma natural en el oriente venezolano, e incluso flotando en el Orinoco. Al
regresar a Europa, lo incluye en su famosa obra de 30 tomos: “Viaje a las
Regiones Equinocciales del Nuevo Continente”. Es el primer texto donde se menciona
al petróleo venezolano.
En
Quito, el 24 de octubre de 1829, El Libertador Simón Bolívar ratifica para
Colombia las ordenanzas de Carlos III y mantiene la vigencia de la propiedad,
reservada para la Nación, de todas las minerías del territorio patrio. Nuestro
petróleo pertenece a todos los colombianos por igual. No será propiedad del
dueño del suelo.
En
1832, consumada la separación de Venezuela de Colombia, el Gral. José Antonio
Páez, en su primera presidencia, sostiene el mismo principio. Desde entonces,
las minas (y eso incluye a los hidrocarburos y por ende al petróleo) son
propiedad de todos los venezolanos.
En
1839 el Dr. José María Vargas recibe del Ejecutivo y por orden del Pdte. Gral.
Páez, una botella con petróleo encontrado en Pedernales, situado en el Cantón
del Bajo Orinoco. Lo somete a diversos análisis físico-químicos y redacta un
Informe mucho más completo que el “Reporte Sillman” que se escribió 16 años
después y que sin embargo aparece en los textos, especialmente escritos en el
“mundo desarrollado”, como el primer informe científico sobre el petróleo. Su
párrafo final nos ratifica la sapiencia de Vargas: “este hallazgo es más
precioso y digno de felicitación que el de las minas de plata y oro”. Asombra
que tal frase fuese escrita décadas antes de la invención del motor a explosión
que utiliza derivados del petróleo para mover todos los autos y aviones en el
Siglo XXI.
En
1875 un fuerte terremoto en Cúcuta repercute en Rubio y abre una grieta, al
borde de una quebrada, en una hacienda cafetera situada en Rubio, propiedad de
Manuel Antonio Pulido.
Obtiene
en 1878 el derecho a explotar el precioso mineral, que mana en forma natural en
el área denominada “La Alquitrana”, bajo una concesión a nombre de “Compañía
Petrolia del Táchira”. Establece una planta para destilar 15 barriles. El
proceso se realiza cada 21 días, necesarios para llenar el alambique,
requiriendo 36 horas de trabajo para producir 60 galones de gasolina, 165 de
kerosene, 150 de gasoil y 220 de residuos. Ese kerosene iluminó por más de
medio siglo las calles de Rubio y Santa Ana del Táchira.
En
Octubre de 1887 se otorga a los ciudadanos norteamericanos Horacio Hamilton y
George Phillips una concesión para explotar toda la región del Estado Nueva
Andalucía. Dicha transacción incluyó al Lago de Guanoco, uno de los más
productivos lagos de asfalto del mundo, famoso no sólo por el tamaño de su
reserva, sino además por la alta calidad de su producto.
Desde
entonces, y hasta bien avanzado el siglo XX, las ciudades del Norte han
asfaltado sus calles con el hidrocarburo venezolano. Miami y otras ciudades de
Florida fueron asfaltadas cien años después con nuestro asfalto. Chicago y
Washington recibieron antes el mismo beneficio con el producto extraído por la
empresa Bermúdez Company, subsidiara del consorcio “General Asphalt”, a quienes
Hamilton y Phillips traspasaron sus derechos.
Tan
importante fue dicha operación, que casi de inmediato se perforaron pozos
adicionales. En 1890, en la Isla de Capure, se construyeron terminales y hasta
una línea férrea, de 16 km de longitud, para explotar la citada riqueza de
Guanoco.
En
1907 y por decreto del Gral. Cipriano Castro, Presidente de la República, los
Contratos de Minas se otorgarán exclusivamente a ciudadanos venezolanos.
“Hecha
la Ley, hecha la trampa”, muy especialmente por aquellos que manejaron por años
nuestras riquezas petroleras, los favorecidos casi de inmediato traspasaron sus
derechos a compañías extranjeras (alguno de ellos en menos de 24 horas).
Andrés
Jorge Vigas, Antonio Aranguren, Francisco Jiménez Arráiz, Rafael Valladares y
el Gral. Bernabé Planas, “pasan a la historia” como los venezolanos que
sirvieron de intermediarios para entregar legalmente las riquezas del subsuelo
a compañías foráneas, incluyendo los conocidos nombres de la Shell, Venezuelan
Oil Concession, British Controlled Oilfield y la Caribbean Corporation
(denominación venezolana inicial de la Standard Oil Concession, Esso y Creole).
En
1917 La Caribbean Petroleum Corporation instala la Refinería de San Lorenzo. En
términos comerciales, se le considera la primera refinería en la historia
venezolana.
El
15 de Diciembre de 1922, en las operaciones de perforación de la Venezuelan Oil
Concession del pozo “El Barroso 2”, situado en La Rosa, Municipio Cabimas,
Distrito Bolívar, Estado Zulia, se produce el acontecimiento que proclama al
mundo la gran reserva de petróleo de buena calidad existente en nuestro país.
Durante los siguientes nueve días, “El Barroso 2” arroja al aire, con gran
ímpetu y en una columna que logra divisarse incluso desde la costa occidental
al otro lado del Lago de Maracaibo, hasta 100.000 barriles de petróleo liviano
cada día. La promoción de tal hecho atrajo los grandes capitales
internacionales y la vorágine a la cual fue sometida nuestra riqueza petrolera
por muchas décadas.
En
1939 estalla el conflicto internacional denominado “Segunda Guerra Mundial”, a
pesar de ser sólo entre dos grupos de naciones conocidos como Aliados (Estados
Unidos, Inglaterra, Rusia y Francia) contra el Eje (Alemania, Japón, Italia y
España).
Venezuela
aportará a los Aliados, en este conflicto que se extiende hasta 1946, el 60%
del combustible utilizado por los Estados Unidos de Norteamérica. Les soluciona
uno de los principales problemas logísticos, como es el de facilitar el
traslado de insumos y alimentos a un ejército de miles de centenares de
soldados, al otro lado del Atlántico.
En
1949 La Compañía Shell de Venezuela construye y pone en funcionamiento, en la
península de Paraguaná, a la Refinería de Cardón. Su ubicación, cerca de los
campos petroleros pero con salida directa al mar, lo que le permite la entrada
a tanqueros mayores, unidos a la alta tecnología y calidad de servicios que
desde entonces ha sido la práctica común de esta Refinería, la constituye desde
su inicio en la primera del país.
En
1959 Por iniciativa principalmente del venezolano Juan Pablo Pérez Alfonzo y el
árabe Abdullah Tariki, tras antecedentes y reuniones previas, en Bagdad (Arabia
Saudita), el día 14 de Septiembre, se crea la Organización de Países
Exportadores de Petróleo, conocida mundialmente por sus siglas: OPEP u OPEC.
Arabia Saudita, Irak, Irán, Kuwait y Venezuela son sus primeros integrantes.
En
1975 se crea Petróleos de Venezuela, PDVSA.
Y
en 1976, en el pozo Zumaque, se realiza la Nacionalización de la Industria
petrolera.
El
resto es más conocido y hoy, en el Siglo XXI, se adelanta una verdadera
revolución de nuestra industria petrolera, incluyendo la ampliación de nuestros
mercados.
Ahora
negociamos nuestros hidrocarburos con Rusia, China y los países que conformamos
UNASUR donde Petroamérica, Petroandina, PetroSur y Petrocaribe contribuirán a
crear la Patria Grande que merecen nuestros hijos.
Luis Alberto Matos
Octubre 6, 2008
Por una conciencia Socialista, dejémonos de guardar
silencio”