“Lo cuentan
las voces de los que se resisten”
Identidad y Tradición
CUATRO CUENTOS PEMONES
(I)
¿Cuál
es el color del Perico?
“Los Teponken, los Vestidos, son ignorantes como
los bebés”
—¡U-Koko, hay un Vestido con Rui-ko, con el
Hermano Mayor del Pueblo!
—¿Un Vestido?
—Ina, u-koko, un Teponken, están hablando en
español y él escribe todo lo que le dice Rui-ko...
—¿Tiene una barba y una cruz en el cuello? ¿Es
un Padre?
—Ake-nek oh Abuela mía, no, no es un Padre. Este
Blanco hace preguntas y nos hace hablar. No nos quiere, huele mal y no sabe caminar
en la selva. Todo el tiempo tiene agua sobre la cara como cuando llueve, es un
verdadero Teponken, no como los Padres.
—¿Qué está haciendo?
—Es un Teponken, habla como un bebé y pregunta
cosas tontas.
—¿Qué pregunta?
—Quiere saber cómo se dicen las cosas. Quiere
saberlo todo. Rui-ko-el-Hermano-Mayor se puso a reír cuando le preguntó cómo se
decía perico...
—¿¡Kaikay!?
—Ina, Koko, Kaikay-el-Perico.
—¿No sabía eso?
—Ake Koko, no, no lo sabía...
—¿Y qué más preguntó ese Teponken?
—Después preguntó el color de Kaikay...
—¿El qué?
—Menu, u-koko, la pintura del Perico...
—¡Ese Teponken es un Esembosen, un verdadero
bebé! ¿Y qué le respondió Rui-ko-el-Hermano-Mayor del Pueblo?
—Rui-ko lo miró sin saber qué decirle y con
ganas de reír... Luego miró dentro de su cabeza, ess ess ess, y le preguntó al
Teponken ¿cuándo?
—Claro, ¿y entonces?
—El Teponken se puso bravo diciendo “cuándo,
cuándo”, se parecía a Pereteku-el-Sapo...
—¿Y entonces?
—Entonces Rui-ko le enseñó un perico que volaba
encima del claro de la selva. Y le dijo, “Kaikay es rikutun, negro como la leña
quemada de la mañana...”.
—Rui-ko dijo bien. Cuando Wey-el-Sol está encima
de nuestras cabezas, Kaikay es negro en el cielo del claro, como la leña
quemada de la mañana.
—Pero el Teponken no estaba contento...
—¿No estaba contento?
—No, él decía que Kaikay es como la hierba de la
sabana...
—Pero la hierba de la sabana, cuando
Kapuy-la-Luna está encima de nuestras cabezas, es como la leña quemada de la
mañana, ella también...
—Ina, u-koko, sí oh Abuela mía, es verdad, pero
los Teponken no comprenden nada, son ignorantes como los bebés.
—Ina, u-Mu, es verdad Hijo mío, pero hay que ser
amable con él como con un bebé.
—Ina, u-koko, hay que ser amable con los
Vestidos, pero, ¡qué ignorantes son!
Elbatrina Rodríguez-Este de Clauteaux
Letralia (Tierra de Letras)
Año X N° 130
“Por una conciencia Socialista, dejémonos
de guardar silencio”
No hay comentarios:
Publicar un comentario