lunes, 10 de septiembre de 2012

PLATÓN



“Lo cuentan las voces de los que se resisten” 

 PLATÓN
(Aristocles Podros del 427 al 347 a. C.)
Discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles

Fue anti-demócrata según sus obras literarias: La República, El Político, Las Leyes, entre otras; sin embargo rechazó las violentas acciones de sus parientes oligárquicos y se rehusó a participar en sus gobiernos. En su juventud incursionó en algunas artes como la pintura, la poesía, el drama, la tragedia y la gimnasia condición por la que adquiere el seudónimo de Platón “el de espalda ancha”; también comprendió, que la educación, es el único camino para llegar a conformar una sociedad justa. “Solo quien vive en el diálogo directo con lo inteligible, quien se eleva de lo mudable y sensible a lo inmutable y eterno, posee la mirada profunda que necesita el hombre de Estado para conducir la sociedad real hacia la sociedad ideal. La política debe plasmar en la ciudad terrena el arquetipo que contempla en el mundo ideal, y la educación es el cincel que permite modelar la sociedad ideal en este mundo limitado por el devenir, el cambio y la materia”.

La preocupación de Platón por el ser humano, lo llevó a pensar en que este debe alcanzar la felicidad y la virtud, necesariamente viviendo en sociedad, y para que la misma sea bien gobernada el Estado tiene que ser justo y feliz, con dirigentes virtuosos y sabios que su ética esté por encima de la política; creyendo que solo los filósofos pueden llegar a ser excelentes gobernantes y que a través de una buena educación llegarán a descubrir la verdad sobre lo justo, lo bueno, lo bello, etc. A estas verdades Platón les dará el nombre de Ideas, por lo que siempre pensó que la educación del futuro gobernante tendrá que conducirle a la visión de las Ideas.

Algunas ideas de Platón: 

El mundo de las ideas incide el mundo físico; piensa bien y harás lo correcto.

Un hombre que no arriesga nada por sus ideas, o no valen nada sus ideas, o no vale nada el hombre.

La libertad está en ser dueños de la propia vida.

La menor parte de lo que ignoramos, es mayor de todo cuanto sabemos.

Así como los ojos están formados para la astronomía, los oídos lo están para percibir los movimientos de la armonía.

La diferencia entre la sabiduría y la ignorancia es tener una opinión.

Los sabios hablan porque tienen algo que decir. Los tontos hablan porque tienen que decir algo.

Tres facultades hay en el hombre: la razón que esclarece y domina; el coraje o ánimo que actúa, y los sentidos que obedecen.

Son filósofos verdaderos aquellos a quienes gusta contemplar la verdad.

La justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte.

Debemos buscar para nuestros males otra causa que no sea Dios.

La filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma en torno al ser.

El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano.

Todo lo que se llama estudiar y aprender no es otra cosa que recordar.

No consideramos que la justicia se nos presente por naturaleza, porque sí, sino porque se puede enseñar y se aprende con la práctica.

El legislador no debe proponerse la felicidad de cierto orden de ciudadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos.

La civilización es la victoria de la persuasión sobre la fuerza.

Si bien buscas, encontrarás.

Los hombres viven celosos de la inmortalidad.

El hombre es un auriga que conduce un carro tirado por dos briosos caballos: el placer y el deber. El arte del auriga consiste en templar la fogosidad del corcel negro (placer) y acompasarlo con el blanco (deber) para correr sin perder el equilibrio.

Lo que no sé, tampoco creo saberlo.

Hay que tener el valor de decir la verdad, sobre todo cuando se habla de la verdad.
Donde reina el amor, sobran las leyes.

El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos los caballos.

Teme a la vejez, pues nunca viene sola.

Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro.

Todo lo que nace proviene necesariamente de una causa; pues sin causa nada puede tener origen.

Si puedo preservar mi buen nombre, seré suficientemente rico.

¿Quién es, pues, el creador y padre de este Universo? Difícil es encontrarlo; y cuando se ha encontrado, imposible hacer que la multitud lo conozca.

El hombre inteligente habla con autoridad cuando dirige su propia vida.

La obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo.

Aprendiendo a morir sea prende a vivir mejor.

No es en los hombres, sino en las cosas mismas, donde es preciso buscar la verdad.

El tiempo es la imagen de la eternidad en movimiento.

Si el semblante de la virtud pudiera verse, enamoraría a todos.

En todas las cosas, naturales y humanas, el origen es lo más excelso.

La mejor tumba es la más sencilla.

La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos.

Allí donde el mando es codiciado y disputado no puede haber buen gobierno ni reinará la concordia. 

Rómulo Pérez

    “Por una conciencia Socialista, dejémonos de guardar silencio”

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