jueves, 18 de octubre de 2012

Hablando de “Pacheco” -continuacion-



“Lo cuentan las voces de los que se resisten”

 Hablando de “Pacheco”

-¡Ahí viene Pacheco!... ¡Llegó Pacheco!...-

Continuación…
La Leyenda

Pacheco caminaba lentamente, consciente de no haber estado nunca en ese sitio, intentaba ubicar alguna imagen conocida, algún árbol, follaje, ladera, que lo sacara de la duda que ahora le albergaba, lo hacía despacio, peleando con la mula que ya no quería andar más, y enceguecido por la niebla espesa que cubría el sendero, se hallaba perdido en su montaña, sin tiempo y sin espacio, sin paisaje alguno que orientara sus pasos, de pronto se encontró con un largo y estrecho camino que subía hasta perderse de vista y a sabiendas de que ya ese día no podrían llegar a su destino, caminaron y caminaron hasta llegar a un claro, en medio del monte, nada rodeaba sus cuerpos más que neblina y vegetación. 

- Pacheco… - Pacheco…-

Oyó de pronto una voz honda, lejana y asustado, tomó su mula e intentó regresar rápidamente por el sendero que lo llevó allí, pero ya no había nada más que niebla a sus espaldas. 

- No temas Pacheco -.

Se oyó nuevamente la voz, como si saliera de todas partes.

- Soy el espíritu de la montaña, ya es el momento de que vengas conmigo -. 

“Pacheco” escuchaba en silencio abrazado a la mula, mientras la misteriosa voz seguía hablándole.

 - De ahora en adelante formarás parte de mí para siempre, serás el frío navideño y señor de la neblina, y como lo has venido haciendo, bajarás desde muy temprano y bañarás en las mañanas con tu frío y tu humedad a todos los pobladores de la ciudad -. 

¿Pero quién soy yo para merecer tanto honor?

Preguntó “Pacheco” al espíritu de la montaña y éste le respondió

-Desde hoy serás leyenda y cada Navidad recordarás a todos que estos son tiempos de unión familiar, y al conmemorarte ellos aprenderán a cuidarse, quererse y respetarse como tú les enseñaste mientras estuviste entre ellos -. 

“Pacheco” ya no tuvo miedo, nada le hizo más feliz que convertirse en uno solo con su cerro adorado, poco a poco, su cuerpo y el de su mula se fueron volviendo niebla; a partir de entonces bajan como niebla fría desde el follaje montaraz hasta la ciudad, para traer cual Mesías paz, amor y felicidad como buen representante de sueños y esperanzas navideñas”.  

Fin de la leyenda.

“Pacheco” se hizo querer tanto por los caraqueños, que aún estando él vivo le gastaban bromas que luego de su desaparición se convirtieron en dichos populares, por ejemplo: -¡Ahí viene Pacheco!... ¡llegó Pacheco!...-, - Si así está aquí de frío, ¿Cómo estará Pacheco?-, - que Pacheco está pegando -, -llegó Pacheco y llegó el frío-, entre otros; tales dichos se siguen utilizando hoy en día, no solo en Caracas, sino en toda Venezuela y en muchas partes del mundo.

En la navidad del 2010 mí esposa mí hija y yo, de alguna manera le dimos forma física a éste insigne personaje, y a partir del mes de Noviembre de cada año estaremos conmemorando a éste icono navideño nuestro, ya que entendemos y nos llena de orgullo saber que tenemos valores autóctonos que pueden tener y tienen relevancia y significado en otras latitudes, es por ello que el llamado a los lectores, es de apoyo a ésta propuesta, y que a partir de las próximas Navidades conmemoremos todos la llegada de “Pacheco”; ya para cerrar e inspirado en la estrofa que el cantaba en su bajada a caracas le escribí unas letras  dedicadas a este legendario personaje y a su pintoresca labor, para recrear de alguna manera  su caminar por el Waraira Repano, con la intención de invitar y animar a los lectores a crear unas parranditas navideñas homenajeando a “Pacheco”. 

Llegó Pacheco

Ahí viene Pacheco, llegó Pacheco
Está entrando la Navidad
Ay que frío, que frío el que tengo
Que frío el que a mí me da

Caminito de Santiago
Iba un alma peregrina
Una noche tan oscura
Que ni una estrella lucía
Por donde el alma pasaba
La tierra se estremecía 

Ahí viene Pacheco, llegó Pacheco
Está entrando la Navidad
Ay que frío, que frío el que tengo
Que frío el que a mí me da

Desde el pueblo e Galipán
En el Waraira Repano
Flores, legumbres y frutos
Son tallados con sus manos
Camino hacia San Jacinto
Donde esperan sus hermanos

Ahí viene Pacheco, llegó Pacheco
Está entrando la Navidad
Ay que frío, que frío el que tengo
Que frío el que a mí me da

Frente al  puesto la Atarraya y la venta de los pájaros
Te esperan todos contentos con tu carga colorida
Con un vasito de berro o de aguardiente de caña
Para mitigar el frio y calentar la mañana

Ahí viene Pacheco, llegó Pacheco
Está entrando la Navidad
Ay que frío, que frío el que tengo
Que frío el que a mí me da
 
Desde entonces, se escucha la historia; y el refrán caraqueño poco a poco fue dándole forma a lo que ahora es el Pacheco de Navidad, por eso, al encumbrarse esa espesa nube que luego baja del Waraira Repano, todos reconocemos en ella al eterno personaje, y ahora decimos con alegría en Navidad: ... 

-¡Ahí viene Pacheco!... ¡Llegó Pacheco!...-

                                                                      Autor: Rómulo Pérez
04/02/11

“Por una conciencia Socialista, dejémonos de guardar silencio”

No hay comentarios:

Publicar un comentario