“Lo cuentan las voces de los que se resisten”
IDENTIDAD Y TRADICION
MARCIANOS EN VENEZUELA
Descubrir
los misterios de nuestra inmensa riqueza biológica y cultural, es un reto no
sólo para los investigadores y científicos que los desentrañan en beneficio de
la humanidad; sino también para los que apostamos por la divulgación y el
conocimiento de estos saberes, con el propósito de formar a un ciudadano más
consciente de nuestra identidad, es por ello que hoy les traigo éste artículo
que nos habla de organismos extraterrestres que habitan desde hace miles de
años en las profundidades de nuestra inmensa selva Amazónica venezolana.
Aspecto
Identitario
El Escudo Guayanés es
el enclave geológico más antiguo de la tierra, con 3.500 millones de años, está
ubicado al sur del río Orinoco, éste paisaje es lo que queda de una enorme
meseta de sedimentos que se depositaron antes de que se formaran los océanos;
en su variado ecosistema existen más de
un centenar de tepuyes, de los cuales la mayoría superan los 1.000 metros de altura
con respecto a la selva que los rodea, esos tepuyes no son un bloque compacto de
tierra, suelen ser atravesados por cuevas de inmensa riqueza mineral, con
variedad de fauna y flora que sólo habitan en esos fantásticos ecosistemas.
Los tepuyes (morada de los dioses en lengua Pemón),
nunca estuvieron bajos las aguas, y nunca fueron cubiertos por los hielos de
las glaciaciones, por lo que sus cimas, son los únicos santuarios de reliquias
de flora y fauna que existen sobre el planeta, también se convirtieron en el
refugio de las especies sobrevivientes a la catástrofe del diluvio universal,
por lo que el hombre hizo de sus cimas su hogar hasta que bajaron las aguas.
Pemón significa “gente”,
y cuando penetramos su mundo, nos encontramos con una mitología hermosa, que nos
habla de aquellas cosas que adornan y enaltecen su flora y su fauna dándole
gran explicación a su vida; en esos tepuyes por
ejemplo, nació la Venus Zonda-Tiká, diosa de la melodía y de las sierras, y en
el Auyántepuy o montaña del infierno, según ellos, viven los espíritus malignos
de Mariwitón y Tramán Chitá, a quienes los Pemones le temen mucho, por lo que
jamás se han atrevido a subir hasta su cima; una de las tantas leyenda
que cuentan los nativos del lugar dice así:
"El
Jaua-Jidi es un bosque de gran densidad, casi impenetrable y apenas habitado,
el cual está repleto de abundantes plantas y animales vivientes de especies
desconocidas. En ese lugar se encuentra una cueva gigantesca de 1.500 metros de
longitud que une internamente a las cuevas de la zona; en ese bosque se han
visto seres raros, con grandes ojos como los de los felinos, cabello largo de
diferentes colores y piel de color marfil amarillento la cual cubren con un
ropaje extraño, no se acercan nunca a los nativos del sector, ni se alejan
mucho de las cuevas, parecen temerosos y huyen cuando oyen ruido, esos seres viven
dentro de la gigantesca cueva, la cual tiene entradas secretas y desconocidas
que dan al bosque".
Una de esas extrañas cuevas
se encuentra en las laderas del Chimantá Tepuy, un curioso contexto
geográfico que existe en la Guayana venezolana, un lugar realmente enorme,
con un río turbulento, cataratas, cúpulas y galerías gigantescas, que logran
tener dimensiones de 60
metros de ancho y 20 metros de alto; es una
de las regiones más inaccesibles e inexploradas de Venezuela, además de ser una
de las zonas biológicamente más ricas y geológicamente más antiguas.
En la misma existe
una extraña planta cuyo nombre científico es “Bioespelotema”, también conocido como “arbolito
de vidrio”, es un tipo de mineral con vida, es decir: nace, crece,
se reproduce y muere, pero lo más impresionante, es que crece en colonias, produce
ópalo, desafía la ley de gravedad y no tiene contacto con el agua. Se cree que
éste extraño ser vive en esta sorprendente gruta desde hace miles de años y su procedencia
se presume no pertenece al planeta tierra, la entrada de esta cueva fue
bautizada como “La Boca del Mamut”, y mide 150 metros de ancho por 50 metros de altura, en su interior se encontraron hallazgos
de incalculable valor para la ciencia, como nuevas especies de fauna, otro
hallazgo de relevancia es un cráter que se ubica cercano a la base del Chimantá
Tepuy, el cual contiene fragmentos del meteorito que lo ocasionó.
No existe otra
evidencia de un ser vivo que produzca ópalo “material sílice semejante al
vidrio, cuyo proceso es mineral”, su composición y temperatura favorece la
producción del "ópalo amorfo", y el único en el mundo es el
encontrado en Venezuela, dentro de esta cueva, que permaneció escondida en la
majestuosidad del macizo Chimantá Tepuy, “considerado éste como una de las
montañas más enigmáticas y seductoras del complejo de mesetas o tepuyes del
Escudo Guayanés”.
El sábado 27 de marzo
de 2004 Brewer-Carías, junto a una docena de científicos ponen pie en tan
hermoso monumento natural; el mismo venía estudiando la cueva desde la década
de 1960, a través de vistazos hechos desde el aire y fotografías tomadas
durante diferentes vuelos, creando una imagen tridimensional con la que
pudieron tener acceso a la esplendorosa gruta.
Aspecto Científico
Bioespelotema (término
propuesto por Charles Brewer Carías), del prefijo bio, de
biológico o ser vivo, y espelotema,
formaciones de minerales secundarias.
En mayo
de 2006 se efectuó una nueva exploración con el fin de tomar algunas muestras de
los bioespelotemas existentes en el lugar, para ser enviadas a Madrid específicamente
a los laboratorios espaciales de la NASA, tal expedición estuvo liderada por el
científico Vicente Marcano, y los investigadores Orlando Naranjo, Javier Mesa y
Federico Mayoral.
La Nasa confirmó que
existe un extraño mineral clasificado como “Bioespeleotema”, con
características de ser vivo, localizado en una cueva venezolana en la Gran
Sabana, en cuyo interior se han encontrado microorganismos únicos que se
considera provienen de Marte, porque son muy semejantes a otros descubiertos en
ese planeta, se trata por lo tanto de un microorganismo exobiológico (del
espacio exterior).
Brewer Carías cuenta
que se trata de una forma de vida universal del sistema solar; el ecosistema de
la cueva, es similar al del planeta Marte, según pruebas realizadas, allá se
encontró "ópalo amorfo", similar al obtenido, hasta ahora en la
cueva, el ópalo amorfo se genera por unión de varias bacterias a una
temperatura de 13 grados centígrados, el dióxido de carbono juega un rol
importante en el ecosistema marciano y en el de la cueva, el 98% de Marte está
compuesto por dióxido de carbono y dentro de la caverna la concentración de
carbono septuplica a la del medio ambiente externo, en Marte, el hierro está en
grandes volúmenes y en los tepuyes es de los minerales más importantes entre
otras características.
Rómulo Pérez
“Por una
conciencia Socialista, dejémonos de guardar silencio”
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